Época: Colonizaciones Orientales
Inicio: Año 600 A. C.
Fin: Año 300 D.C.

Siguientes:
El arte griego que nunca se halló
Arte griego y colonización
La ambigüedad entre arte griego e ibérico
Hacia la búsqueda de un arte griego provincial
La dificultad de definir un arte griego, para griegos o para otros pueblos
Notas sobre el arte griego en Ampurias
La adopción por fenicios y púnicos de un lenguaje artístico griego
El arte griego en Tartessos
El arte griego entre los iberos

(C) Ricardo Olmos



Comentario

Podríamos hoy aproximarnos al arte griego en España desde una multitud de puntos de vista. Cada uno de estos ángulos de observación nos llevaría a una consideración distinta de lo griego. Con toda justicia, presentaríamos entonces bajo un mismo título aproximaciones parcial o, incluso, completamente diferentes. Ante todo será, pues, preciso indicar qué vamos a entender aquí por arte griego para definir, en la medida de lo posible, nuestra perspectiva y, con ella, los limites de nuestro encuentro.
Los investigadores de comienzos del siglo XX hubieran preferido tal vez llamar a este trabajo, personalizando el título, "el arte de los griegos en España", pues a los autores de entonces les agradaba vincular estrechamente el genio de un pueblo con sus manifestaciones artísticas.

En efecto, al menos hasta los años 40, el estudio del arte griego en el Mediterráneo y, en concreto, en España se había asociado con frecuencia a una extendida concepción occidental de la civilización que encubría una valoración jerárquica de las culturas y adoptaba un narcisista eurocentrismo de raíces grecorromanas. En esta línea de pensamiento, la historiografía arqueológica más tradicional había sobrevalorado durante muchas décadas lo griego frente a lo bárbaro. En el arte griego clásico se condensaría lo civilizado y lo perfecto -como modélico y canónico- en contraposición con un mundo periférico. Aquél se caracterizaría por su plenitud frente a éste, marcado por la inmadurez de las imitaciones.

El modelo estaba en Grecia y se querían hallar sus reflejos, como en un espejo, en el Occidente antiguo. Para ello se buscaba en los datos históricos transmitidos por las fuentes escritas la justificación que sustentara un desarrollado arte griego en España, que hasta entonces permanecía impreciso, indefinido, evanescente, es decir, más como una proyección teórica que como una realidad palpable. Por el prestigio de la cultura clásica, a inicios del siglo XX se siente la necesidad de inventar un arte griego en España.